El asesinato de Eva Blanco Puig, una joven de 17 años, conmocionó a España. El crimen ocurrió en Algete, Madrid, en 1997. Eva fue encontrada muerta en una cuneta, habiendo sido brutalmente agredida sexualmente y apuñalada.
La investigación del caso se prolongó durante años sin resultados, convirtiéndose en un caso sin resolver. Se realizaron numerosas pesquisas, interrogatorios y análisis de ADN, pero sin éxito. La falta de pruebas concretas y la complejidad del caso dificultaron enormemente la identificación del culpable.
Después de 18 años de investigación, en 2016, gracias a las nuevas técnicas de análisis de ADN y la colaboración de la Guardia Civil, se logró identificar al autor del crimen. Se trataba de Ahmed Chelh, un hombre de origen marroquí que vivía cerca del lugar del crimen en el momento de los hechos. La clave fue una muestra de semen hallada en el cuerpo de Eva que, aunque inicialmente no coincidía con las bases de datos existentes, pudo ser vinculada a la familia de Chelh, permitiendo posteriormente identificarle directamente.
La resolución del caso fue un hito importante, demostrando la persistencia de las autoridades y la eficacia de las nuevas tecnologías forenses. Sin embargo, Ahmed Chelh había fallecido en 2015, por lo que el caso se cerró sin juicio. A pesar de ello, la familia de Eva pudo finalmente obtener respuestas después de casi dos décadas de incertidumbre.
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